Llegamos a otro número más y festejamos nuestro primer lustro de vida. Cinco revistas puede parecer poco, pero como en realidad la publicación se trata de un libro que “pasa revista” – de ahí su nombre y no por su formato – a los hechos históricos de Rocha no es poca cosa. A esta altura son más de un millar de páginas editadas y dedicadas al conocimiento del pasado de nuestra tierra. Reflejando siempre la pluralidad geográfica de Rocha y los distintos ángulos desde los cuales se puede abordar su rica realidad. Esfuerzo en el que han colaborado una veintena de investigadores; muchos rochenses y otros no, con el común amor por este solar.
Nuestra publicación nos enorgullece aunque nos signifique mucho tiempo dedicado, no al exquisito placer de la investigación sino a los opacos momentos de la corrección y diagramación, a los tiranos tiempos de la imprenta; pero sin esto último no existe el placer final de ver el ejemplar publicado en el anaquel de una librería que justifica todo momento de angustia previamente transcurrido.
Más justificado es el esfuerzo cuando cada ejemplar se sigue agotando y recibimos permanentes solicitudes de lectores que aspirar a completar su colección de la RHR y ya no podemos ayudarlos. A través de nuestro mail hemos logrado vender la RHR a Argentina y Brasil y, lo más increíble, no a uruguayos sino a ciudadanos de esas naciones interesados en nuestra cultura y pasado.
Recibimos también un sencillo homenaje del Municipio de Lascano por nuestro aporte a la identidad local y ello también nos reconforta y lo agradecemos especialmente desde esta presentación. Otro pequeño reconocimiento que nos reconforta; son los variados correos electrónicos que recibimos a lo largo del año de personas a las cuales un artículo cita a un familiar o un hecho que los transporta a otras épocas por ellos vividas.
Todas estas cosas no son una caricia a la vanidad, sino el deseo de compartir con uds. la razón del porqué persistir en un empeño sin destinatarios visibles a pesar del esfuerzo que ello significa.
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En este número nos mantenemos fieles al espíritu fundador de la RHR y reflejamos una vez más el crisol de la realidad departamental. Así llegan a estas páginas perfiles casi todos los rincones del departamento: Rocha, La Paloma, Chuy, Barra del Chuy, Castillos, Velázquez, San Luis y Lascano. Mayor amplitud es prácticamente imposible en una docena de artículos
Contamos con el especial honor de acoger en este número a un artículo del apreciado Prof. Carlos Julio Pereyra. Carlos Julio – así es conocido por todos -, sin perjuicio de la vitalidad y lucidez de sus casi 90 años, es parte ya de nuestra mejor historia. Y ello al margen de ideologías y divisas. Lo es porque, como heredero del magisterio moral y cívico de Barrios Amorín, ha llevado dignamente el nombre de nuestra tierra a todos los rincones del país y porque – increíble ello – llevó al plano nacional un movimiento político con el nombre de un departamento, algo que parece una contradicción en sí mismo el que llega ya casi al medio siglo de vida. Es también parte de nuestra mejor historia por su largo derrotero de acción cívica donde nadie puede señalar una mancha a su intachable conducta e indeclinable vocación de servicio de décadas al servicio de la nación y de nuestra tierra. Lo invitamos a escribir sobre las raíces y orígenes del Movimiento Nacional de Rocha y cumplió. Y aquí lo tienen para su lectura.
A César Di Candia lo creíamos rochense por adopción y resultó que era rochense por gestación. Lo narró públicamente en la multitudinaria presentación de nuestra RHR en el Centro Cultural de La Paloma y nos emocionó su revelación de una historia en un mundo de prejuicios de la Rocha de hace más de 8 décadas que ocasionó que siendo concebido en Rocha debiera de nacer en Florida. César nos acerca una visión de La Paloma no desde lo documental; sino desde el alma, nos narra La Paloma de su niñez, henchido de la emoción que ello significa. Agradecemos su colaboración especialmente porque estaba en marcha otro proyecto editorial hoy día a la luz de los lectores. Di Candia, en gesto que mucho le agradecemos, fue nuestro más que especial presentador del último número de la RHR en la Casa de la Cultura de La Paloma a sala llena como lo documentan las fotos que acompañan esta presentación.
Siempre asumimos la voluntad de incorporar articulistas e investigadores al margen del cuerpo editorial para enriquecer el contenido de la publicación. Desde Brasil, un uruguayo vinculado familiarmente a estos pagos, recogió el desafío. ¡Y como!. Walter Humberto Subiza, integrante del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística, conjuntamente con Carlos Paolino y Claudia Subiza, dos investigadores uruguayos, se despachan con un excelente y documentado artículo que nos retrotrae a los años posteriores a la Guerra Grande para mostrarnos como se delimitó la frontera rochense entre Uruguay y Brasil y quiénes eran los pobladores de aquella aislada zona por aquel entonces. Sencillamente imperdible.
Desde la frontera también está la colaboración del conocido profesional fronterizo Justo Plá Viera, quién desde su profundo conocimiento de su terruño y por las décadas de ejercicio de su profesión notarial, nos relata el devenir de Chuy desde sus primeros fraccionamientos hasta su florecimiento comercial, repasando un conjunto de nombres que están en la memoria de todos los vecinos de esa ciudad.
También desde la zona fronteriza nuestro compañero Dornel nos lleva de la mano a una historia poco conocida como es la del Balneario Barra del Chuy, cenicienta de nuestra costa, pero un lugar tradicional de verano desde décadas para toda el norte de Rocha (Lascano, Cebollatí, San Luis y Chuy) y la vecina Treinta y Tres – aún Cerro Largo – que le han dado un perfil propio y caracterizado.
La historia tiene un reservorio central donde se custodia su acervo y esos lugares son los museos. En el caso de Rocha tenemos un museo especializado en lo regional y ese es el “Milton de los Santos”. Con conocimiento de causa una de las impulsoras del trabajo de dicho museo desde sus inicios, Olga Aguiar, nos narra su historia como una suerte de legado de su trabajo en dicha institución.
Oscar Bruno escribe sobre uno de los barrios entrañables de Rocha, La Estiva (sí con uve al igual que Valizas) y nos pone sobre tablas un conjunto de personajes y la vivencia popular de una barriada con identidad propia, trayéndonos una historia de lavanderas y fútbol; humildad y esfuerzo.
Lascano tiene el privilegio de tener la institución social más antigua del departamento y una de las más antiguas del país donde generaciones han tenido su vida social (bailes, fiestas, coronaciones, aniversarios, etc.). Ella es el Club Progreso que festejó este año su centésimo vigésimo quinto aniversario y Víctor Velázquez echando mano a su conocimiento y vasto archivo nos trae la historia y pequeñas perlas que jalonaron su etapa inicial cuando aún no tenía su nombre actual.
Se le realiza un justo homenaje a un hombre de profunda vocación de servicio como lo fue Leónidas Larrosa Terra. Víctor Larrosa escruta la vida de este educador y actor cívico en su fecundo paso por Villa Velázquez donde dejara parte de su mejor siembra: el liceo y el club social de esa localidad, haciéndose acreedor perpetuo de la gratitud popular de aquella población.
Jesús Perdomo rescata para nuestro conocimiento un hecho más que particular: la Jura de la Constitución en 1830 en los pagos palmareños, cuando aún Castillos no existía; donde surge un documento con una peculiaridad única que no tuvo ninguna otra de las Juras desarrolladas en todo el territorio nacional. Vale la pena leerlo en el siempre didáctico y ameno estilo que le impone el autor.
Ribot es mucho más que una calle, un himno y un escudo, con no ser poco esto. Amauri Cardoso nos trae la peripecia vital de un hijo de inmigrantes que llegó a ser quizás el más cabal intérprete del amor a esta tierra. Amauri ha sufrido un quebranto de salud del que afortunadamente está recuperándose y es nuestro deseo seguir contando con su valiosa colaboración y amistad.
Rocha sufrió los avatares de las inundaciones de 1959, y llegó al plano nacional no tanto por el volumen de agua recibido en su territorio sino por los gestos pequeños de héroes anónimos que saltaron por sus actitudes a la prensa nacional, así como por polémicas respecto a la pobreza, aislamiento y deficiencias sanitarias de algunas de sus poblaciones más alejadas y marginadas en el viejo corazón de los bañados del norte del departamento. Repasaremos esos hechos para traer al presente a ese personaje que aún vive entre nosotros y que tantos reconocimientos tuvo en su época.
Hasta aquí nuestra propuesta para este número y el próximo ya está en marcha.
Contenido de la revista
Presentación
Carlos Julio Pereyra – Raíces y orígenes del Movimiento Nacional de Rocha
César Di Candia – Los dos nacimientos de La Paloma
Walter Humberto Subiza Piña – Carlos Eduardo Paolino Etchechuri – Claudia Taína Subiza Vegi – LA DEMARCACIÓN DE NUESTRA FRONTERA CON BRASIL DESDE EL ARROYO CHUY HASTA LA LAGUNA MERÍN Y LOS POBLADORES DE LA REGIÓN EN 1852
Olga Aguiar – Museo Regional “Milton de los Santos”, Historia y acervo
Jesús Perdomo – Jura de la Constitución: los veintiún parteros del Palmar
Víctor Larrosa Moreira – Leonidas Larrosa Terra, mojón imborrable de Villa Velázquez.
Julio Dornel – La Barra del Chuy, historia de un balneario
Oscar A. Bruno Cedrés – “La Estiva”, un barrio con tradición
Justo Plá Viera – Origen territorial del Chuy, los primeros fraccionamientos y sus protagonistas
Víctor Velázquez – Club Progreso: la memoria institucional del pueblo lascanense (1875-2012)
Amauri Cardoso Batista – Ribot, paladín de la exaltación de lo rochense
Alejo Umpiérrez – 1959, cuando el cielo se desplomó: Rocha y las inundaciones
DOCUMENTOS
Carta de Rafael Pérez de Puerto al Virrey Arrendondo sobre sus dietas con motivo del proceso fundacional de Rocha (7/7/1793)
Informe de Rafael Pérez del Puerto al Virrey Arredondo sobre proceso poblacional de Rocha (13/12/1793)
Acta de asunción de Eliseo Marzol, primer Intendente de Rocha