Víctor Larrosa Moreira

Sumario: 1. Introito – 2. ¿Porqué Velázquez y no San José? – 3. Los primeros pasos – 4. Obtención de los recursos – 5. Hacia la concreción de otras obras – 6. El Dr. Morales y el fútbol – 7 – Gladys Saráchaga de Morales: “la doctora” – 8. Repercusiones departamentales y nacionales de su obra – 9. Centenario: reconocimiento y agradecimiento entre lágrimas – 10. Esa calle No. 14

1. Introito

 

– ¿Cómo es el apellido? – ¡No! El apellido es Morales, el raro es el materno; del Guercio. Edison Morales del Guercio se llama.” Los más ilustrados del pueblo se jactaban de decir bien el nombre y apellido de novel doctor que venía a hacerse cargo de la policlínica de Velázquez. Era el 14 de febrero de 1965.

Su esposa, también Doctora en Medicina, era de la zona pues los “Vascos” Saráchaga tenían campo en Paraje “Don Carlos”. Su nombre: Gladys Saráchaga Curbelo, sobrina del recordado “Pichilo’’ Curbelo, de importante comercio de ramos generales en Parallé.

Morales había nacido en San José de Mayo el 21 de mayo de 1932 y en el 1951 ingresó a UTE para poder apoyar sus estudios en la facultad de medicina. Una vez recibidos ambos contrajeron enlace en 1958.

Dr. Edison Morales (1980)

Dr. Edison Morales (1980)

 

2. ¿Porqué Velázquez y no San José?

 

 

Ya mencionamos que la familia de la doctora tenía campo en las cercanías y una de sus primas, la maestra Lila Freire fue directora de la Escuela Nº 35 de Velázquez. Ambos, cuando solteros, solían venir a las kermeses y las ferias de ganado, no con asiduidad, pero sí cada vez que llegaban al pueblo recibían la inquietud por parte de sus pobladores acerca de la necesidad de un médico permanente.

El lugar les agradaba, la necesidad existía, las presiones comenzaron, en San José habían muchos médicos e iniciaron una sólida amistad con Don Roberto Aguirre Larrañaga, quien a la postre sería un baluarte en la obra llevada adelante por ellos.

El Dr. Mario Filippini ya se había ido para Rocha, y únicamente venía a atender los días 6 y 20 de cada mes; fecha de las ferias de ganado que realizaban las firmas de Humberto Marzano (el 6) y Néstor Birriel Cal (el 20).

La ética profesional indicaba la necesidad de hablar previamente con dicho colega, y le plantearon la inquietud. El Dr. Filippini con la honestidad y sinceridad que siempre lo caracterizó les expresó: “A mí no me conviene que ustedes vengan a Velázquez, porque yo voy los 6 y los 20 y sino la gente viene a verme aquí a Rocha, pero considero que Velázquez necesita un médico permanente. El día que ustedes vayan yo no voy más”.

Efectivamente, se radicaron el 14 de febrero y el 20 de ese, día de feria ganadera y atención clínica, el Dr. Filippini ya no vino; pero les dejó un mensaje que fue guía a lo largo del pasaje por la villa: “Mira que Velázquez necesita un médico que tenga tres condiciones; ganas de trabajar, que sea joven y que no le tenga amor a la plata”, condiciones que a ellos les parecía reunir y por lo tanto echaron a andar.

3. Los primeros pasos

 

 

Es de imaginar el revuelo que se armó en la Villa. Se trataba de médicos jóvenes, con ganas de hacer cosas y existía un potencial en la zona rural que justamente reclamaba eso. Y comenzaron las reuniones porque al decidir venir ya traían la idea de modificaciones desde el punto de vista sanitario, pues la policlínica de atención era tan solo una pieza en la parte de arriba del edificio.

La primera reunión se llevó a cabo en el antiguo local de la Junta Local y surgió una tormenta de ideas en cuanto a los temas de salud. Se formó una comisión presidida por Don Roberto Aguirre Larrañaga, con Ismael Prieto Piriz en la Secretaria y Esteban Uriarte en la Tesorería y alrededor de ellos un gran grupo de apoyo conformado por gente de la zona y aledaños que tenían gran interés en que Velázquez mejorara. Entre ellos estaban a título de ejemplo Horacio Ardinghi, los hermanos Graña, los hermanos Iriarte; además de las fuerzas vivas, como el jefe de U.T.E., la secretaria de la Junta Local, el director del Liceo, el siempre recordado Don Leonidas Larrosa – quien ya estaba a punto de retirarse pero siempre mantuvo su compromiso con la localidad- y muchas más personas con afán de concretar obras.

Estaba latente la inquietud de estructurar un plan sanitario y la Comisión encargó al Dr. Morales a los efectos de realizar las gestiones ante el Ministerio de Obras Públicas, el cual envió un arquitecto para el relevamiento y planimetría. El arquitecto Arbones realizó planos de una policlínica “Tipo B”, prototipo de edificio para las policlínicas del medio rural.

Comenzaron los beneficios y se iniciaron las obras supervisadas por el propio Ministerio. El capataz de las obras fue Julio de los Santos que era el único que sabía “leer” planos de construcción y la dirección estuvo a cargo del ingeniero del Ministerio de Obras Públicas, cuyo ministro era entonces el Arq. Walter Pintos Risso. La gestión en términos políticos fue llevada a cabo por el entonces diputado del Partido Colorado Washington García Rijo, quién se hallaba estrechamente vinculado a la localidad.

Fundamentalmente la acción de Morales y su esposa se puede interpretar de dos maneras para un idéntico resultado: “hacer punta” y conseguir ser acompañados por todos; o “agarrar la picana” y de atrás azuzar a todo el mundo. El final es que todos fueron para adelante. Consiguieron a lo largo del tiempo el apoyo de todos los intendentes, de Mario Amaral (PN) y López Barrera (PC), hoy ambos fallecidos, e incluso de los interventores durante el periodo militar.

 

 

4. Obtención de los recursos

 

 

“Lo importante es que en todas estas obras jamás la gente nos dejó solos, siempre estaba al lado nuestro” dice siempre el Dr. Morales cuando  habla de su pasaje por Velázquez, “la zona es muy noble y tiene una gran disposición para acompañar.”

Básicamente los principales recursos provenían de las recordadas “Fiestas de la Policlínica”, que se realizaban en el mes de enero de cada año en el local de ferias ganaderas de Humberto Marzano. Llegaron a carnearse veinte vacas con cuero, todas donadas, allí fue fundamental el apoyo de la gente de campaña, la de buen poder adquisitivo, aportando y la población con el trabajo menor  pero no menos importante de las faenas, en las cantinas, acarreos etc. sin cobrar absolutamente nada, transformándose toda la fiesta en un canto a la solidaridad.

En las criollas los jinetes venían gratuitamente -es más, a su costo- al igual que los tropilleros y sus tropillas. De afuera venían Puchalvert de Mariscala, Nelson Herrera y los hermanos Guadalupe de San Carlos, quienes eran coordinados con los dos pilares locales en rubro jineteadas como lo eran “Chiquito” Díaz y Carlitos González.

El trabajo de hormiga de ellos los hacía recorrer estancias durante todo el año para ir viendo potros que sirvieran para montar y con ese aporte sumamente importante lograban tener un muy buen nivel de caballada en el ruedo.

En cuanto a las carreras de caballos, en otro aporte fundamental, se contó con el apoyo del recordado Don José Aizpurú, de Lascano. Él se encargaba de todo lo concerniente al tema: armaba las carreras, las remataba, jugaba y siempre eran altamente redituables para la organización.

Durante  tres días en enero, la “Fiesta de la Policlínica” era una cita departamental.

Los bailes eran motivo también de llegada de mucha gente del resto del departamento y de otros vecinos. Se llegó a traer orquestas de Santa Victoria, Montevideo y lo mejor que por esos tiempos había en materia musical para amenizar las fiestas.

El éxito era total, la Escuela N° 35 desbordaba de público y en más de una oportunidad se logró unir el galpón que está enfrente (propiedad de Don Félix Díaz) y la escuela, con una especie de túnel, con una orquesta actuando en cada lugar.

Son recuerdos que traen “saudades”. Esa situación no la volví a ver nunca más en Velázquez.

 

 

5. Hacia la concreción de otras obras

 

 

No conformes con realizar la nueva policlínica y en esa ya mencionada tormenta de ideas surgió algo realmente revolucionario para la época: un internado tipo, un Hogar Comedor, que así fue su denominación primaria.

Les había llamado la atención que Velázquez tenía 60 alumnos en el Liceo y en las recorridas efectuadas por las Escuelas Rurales habían no menos de 600 alumnos.

¿Adónde iban los niños que egresaban de esas Escuelas rurales?

Fue grande la sorpresa al saber que al 90% de esos chicos se les terminaba el ciclo educativo y solo el 10% tenía la posibilidad de continuar estudiando en secundaria.

Entonces en una asamblea de profesores, que integraban entre otros Asdrúbal Goitia, Sara Olivera, Mirta Silvera y Manón Sopeña de Larrosa decidieron crear un Hogar Comedor para los chicos del medio rural, que pudiera recibirlos desde la campaña, dándoles alojamiento y comida para que pudieran continuar sus estudios.

Comenzaron a principios de 1968, a puro pulmón, en un local cedido por el Sr. Arnaldo Ache, donde previamente funcionó el liceo y allí estuvo hasta 2009 en que mediante fondos recibidos del gobierno de Islas Canarias fue construido el nuevo local por parte de la Intendencia Municipal de Rocha, haciéndose cargo también de su administración.

El terreno, ubicado en la esquina de las calles Dr. Sobrero e Hilario Gómez fue donado por el matrimonio de Alfredo Silva Pérez y Lucy Pérez Sosa, quienes casualmente se ennoviaron siendo alumnos del liceo de Velázquez y estando ambos internados en el Hogar Comedor.

Fueron así cuatro décadas de trabajo muy duro, solventado por el aporte de los padres, vecinos y población en general que colaboraba en todo beneficio que se realizaba para mantenerlo contra viento y marea.

Pero el éxito había coronado la empresa. Han pasado en 40 años aproximadamente 3.000 chicos internados en los diferentes locales donde funcionó en su momento el Hogar, afortunadamente muchos de ellos hoy profesionales.

En un tiempo en la policlínica funcionó la Sección Femenina del Hogar.

En ese ínterin, ya iniciándose la década del ´70, se inició la obra del Liceo en un terreno que había comprado la Asociación de Padres y Amigos del Liceo (A.P.A.L.), frente a la plaza pública. En realidad los fondos para tal adquisición los proporcionaron Don Ernesto González y Doña Marta Pagola de Rivero a quienes luego se les reembolsó el dinero que habían adelantado para la compra. Esas actitudes que queremos rescatar del olvido, son muy propias de esa época, y son harto difíciles de ver hoy en día.

Primero se construyeron 4 salones y se dio clases en parte del antiguo edificio del Club Atlético Velázquez, que había sido la primera escuela de la Villa.

De a poco se continuaron las obras y el liceo se terminó durante el gobierno militar por el interventor Rodríguez Demichelli, donde se consiguió un aporte fundamental para la culminación de la obra con el formato y modelo que luce ahora

Cabe destacar que también fue muy importante la participación de nuestros historiados en el establecimiento del Banco de la República en la villa y en la reconstrucción de la Subcomisaria del Empalme Velázquez, que por esos tiempos funcionaba en unos ranchos de paja.

 

 

6. El Dr. Morales y el fútbol

 

 

Luego de encabezar ese proceso de obras tan importante para Velázquez y la zona el Doctor Morales adquirió un singular prestigio, lo que lo hizo incursionar por el futbol y fue Presidente de la Liga Velázquense de Fútbol durante varios años.

“Formamos una liga muy particular. Una liga que no se armaba porque había una guerra entre el Atlético y la Boca, aparte no daba para armar cuadros, entonces nos invitaron a formar una liga y dijimos que sí, pero con una condición,  que yo elegía a los neutrales, los equipos tenían voz pero no tenían voto, y los fallos eran inapelables, era casi una dictadura, no era a título personal porque mandábamos tres, es decir, era un triunvirato “ comentaba Morales y reía cada vez que se hablaba del fútbol de Velázquez.

Solo había tres cuadros y para formar la Liga se precisaban cuatro, por lo que se decidió que los alumnos del liceo no podían integrar otro equipo que no fuera Estudiantes. Si bien era lo más antirreglamentario que se podía concebir, fue esa la única forma de tener cuatro equipos y formar una Liga.

Se formó contra viento y marea, y en 1973 gracias a la feliz organización y la actuación de sus dirigentes y deportistas se llegó a ser Vice Campeones departamentales a nivel de Selecciones.  La final fue contra Rocha Capital y se fue ganando hasta el minuto 89, cuando Rocha lo dio vuelta con dos goles convertidos por el “Pibe” Waldemar Altez, que – ironía del destino – era velázquense.

“¡Cual sería nuestra angustia cuando íbamos ganando uno a cero a Rocha! Nuestra angustia no era deportiva sino financiera; si ganábamos ¿como hacíamos para ir al Campeonato del Este? (N. de la R. la selección campeona representaba entonces al departamento con algunos refuerzos). La pregunta que me hizo Pedro Flores Graña cuando todavía estábamos delante del tanteador es por demás expresiva: ´¿y ahora que hacemos doctor?..´ Y después se verá, dijimos.”

Fue en ese año que Velázquez tuvo una de sus mejores actuaciones en lo que a su historial deportivo se refiere; Rocha Capital estuvo muy complicada para lograr el Campeonato Departamental y festejaron ruidosamente el triunfo ante Velázquez.

Las murgas en aquél carnaval rochense lanzaron sus pullas sobre esto  y cantaban: “Le ganaron a Velázquez y hasta hicieron caravana”; en una chanza muy lógica, viendo el poderío de uno y otro.

Después que se formó la Federación de Fútbol de Rocha y la Mesa Directiva iba rotativamente de Liga en Liga y de ciudad en ciudad, le tocó el turno a Lascano para presidir la Federación; pero entre esta Liga y Castillos había mucha rivalidad. Decidieron para zanjar diferencias elegir un neutral para el cargo de Presidente.

“Entonces vino el Dr. Mario Anza Vigliola y me dijo si yo me hacía cargo de la Mesa, poco menos que me puso un revólver en el pecho, y me dijo: ¡tienes que agarrar! Así que conseguimos dos compañeros barbaros, como fueron el Esc. Del Barrio y el “Pardo” Fernández y se hizo la Mesa que funcionaba los lunes, pues yo iba a la guardia del Sanatorio Camela.” narra el Dr. Morales.

El período fue más largo del tiempo reglamentario, fueron casi tres años en que  presidió la Federación, funcionando hasta que llegó el turno a Chuy, asumiendo como Presidente el Esc. Justo Plá Viera, quien pidió un aplauso por aclamación para la Mesa saliente.

En aquellos tiempos lo importante era organizar las relaciones entre las ligas, la parte administrativa y proyectarse. Desde ese momento Velázquez ha seguido teniendo Liga, excepto en estos últimos tiempos donde tiene un equipo afiliado a la Liga de Aiguá, pero siempre ha habido futbol en nuestro terruño.

 

 

7. Gladys Saráchaga de Morales, la “doctora”

 

 

Dice el dicho popular que detrás de un gran hombre hay una gran mujer y nada tan acertado  para este caso, y más aún; no detrás sino codo a codo a su lado.

“La doctora”, o “Lusa” como le llamábamos los velázquenses, estuvo (está) siempre al lado de Morales y llevan al día de hoy la friolera de 55 años de matrimonio, de cuya unión nacieron cuatro hijos: Aníbal (fallecido), Gabriela (Médica Oncóloga), Marcelo (Médico Veterinario) y Alfonso Fabián (Ayudante de Arquitecto). Una familia ejemplar ahora rodeada de una cantidad de nietos.

La encomiable labor de apoyo a su esposo en cuanto a llevar adelante las obras proyectadas, se empequeñece cuando decimos que ejerció la función de obstetricia y ginecología en forma totalmente honoraria durante los años que estuvo en Velázquez, pues el M.S.P. solo provee en su planillado presupuestal un médico de 24 horas semanales.

Su actividad rentada la ejerció como profesora primero, y como directora después del Liceo de Velázquez, lo que no le impidió trabajar como médico.

Cientos de velázquenses nacieron bajo su atención y apoyo, entre ellos se cuentan los cuatro primeros hijos míos. El 22 de enero de 1996, ya jubilada, atendió a mi esposa en el nacimiento de Victor Fabián (“Morroco”) que es el último velázquense nacido oficialmente en la Villa. Mi quinto hijo (Leandro) ya nació en Rocha, pues había entrado en vigencia la ley de que solo se atenderán partos donde existiera block quirúrgico.

Como docente fue una persona muy seria, respetada y con gran visión de futuro. A su influjo el liceo modificó su estructura, se modernizó y proyectó a nivel nacional.

Los doctores el día que se retiraron del ejercicio activo de la medicina

Los doctores el día que se retiraron del ejercicio activo de la medicina

 

8. Repercusiones departamentales y nacionales  de su obra

 

El suplemento del diario “La Mañana”, “Sol de la Patria”, del 19 de setiembre de 1980 dedicó un interesante artículo titulado “Los impulsos de un líder” el cual transcribimos:

“Siempre ha ocurrido que las aventuras adquieran la relevancia de las gestas en la medida en que el medio y el paisaje se hagan difíciles, indomeñable, urgido.

Quizás esta reflexión exonere al doctor Edison Morales del Guercio de una característica propia a los jóvenes sin desmerecer la increíble inquietud del Doctor Velázquez”.

Cierto es, sin embargo, que las alternativas que ha venido experimentando una extensa zona de influencia de la Villa y el propio conglomerado urbano de Velázquez, tiene nada más que un derrotero de desarrollo, inquietud y aspiraciones diversas cuyo único impulsor fuera durante años el doctor Edinson Morales y su familia.

           

              “AL DOCTOR HAY QUE ACOMPAÑARLO”

 

Cuando hace ya bastante tiempo el doctor Morales llegara a la Villa Velázquez, inquieto (no le concebimos de otra forma) aspirante y seguro de sí mismo, este conglomerado urbano de la zona serrana del departamento de Rocha afrontaba riesgos constantes de trabajo, salubridad, organización familiar y comunitaria, educación, perseverancia como entidad urbana.

Los primeros años del quehacer doctrinal de este médico del interior, médico de campaña, resultaron los fundamentales en su devenir profesional, entre la gente de trabajo, los peones, sus familias, las estancias, quienes habían llegado con alguna esperanza a la Villa.

Desde el arranque, cuando costaba mucho sobrepasar los mecanismos de la burocracia, se puso a prueba el quehacer inquieto de este médico rural, persistiendo en su quehacer influyente como pocos. Sería el paso de los años que le diera la oportunidad de diligenciar las primeras iniciativas de la zona, que lo tuvieran desde entonces como el principal proponente e impulsor.

Desde el arranque fue que las familias de la zona respaldaron la gestión del doctor Morales acompasando sus inquietudes a las aspiraciones de la comunidad y el propio crecimiento de la región.

 

FUE EL LICEO, LA POLICLINICA, EL HOGAR ESTUDIANTIL…

 

Las iniciativas más importantes de los últimos años, emprendidas por esta pequeña comunidad rural del interior de Rocha, fueron atendidas por el médico afincado en la avenida principal de la villa.

La construcción adecuada de un liceo y la disponibilidad de comodidades justas a la función que debe desempeñar una institución de esta especie en el medio rural, el equipamiento y la organización de servicios de una policlínica que había instalado el Ministerio de Salud Pública, el funcionamiento único en el interior del país  de un hogar de estudiantes con todos los servicios adecuados a la delicada tarea de brindar comodidades necesarias a los interesados, etc.

Cierto que han sido los últimos años los que han dado al doctor Morales la posibilidad de ofrecer sus mayores esfuerzos a la comunidad, volcando su espíritu emprendedor a las necesidades inmediatas de la colectividad que integra y ahora dirige.

La gestión del mencionado profesional ha recibido un caluroso respaldo entre los pobladores de la zona y las autoridades de gobierno.

 EL LICEO  Y EL HOGAR ESTUDIANTIL DE VELAZQUEZ:

UN NEXO CREADOR

 

Pocas veces ha podido apreciarse en el seno de la amplia comunidad departamental, que se proyecte, planifique y concrete una obra social de tan amplias repercusiones y que en tan poco tiempo haya logrado sus mejores resultados.

´El liceo de esta villa no tiene mayor incidencia en nuestro medio en la medida en que no penetre en el medio donde está inserto, y de allí determine otras acciones más fecundas que deriven en nuevos profesionales de la ciudad y el campo, mas perspectivas de trabajo, mejor formación de hombres y mujeres del campo´.

En esos términos se expresaba el doctor Morales del Guercio, en ocasión de iniciar una nueva movilización de la zona en torno a la readecuación de las instalaciones del Hogar Estudiantil.

Poco más de doscientos estudiantes cursan estudios de secundaria en la casa de esa rama de la enseñanza en la villa y en un local recientemente inaugurado, se capacitan y adquieren los conocimientos necesarios para impulsarse a mejores formas de vida.

No obstante, es del otro lado de la plaza principal, en una modesta casa, refaccionada y con los elementos necesarios para que se desenvuelva un Hogar colectivo y juvenil, donde se cumple la otra parte de una de las mejores realizaciones sociales del interior del departamento y el país.

Setenta estudiantes, provenientes casi todos del campo han encontrado techo y modo de vida justo a sus necesidades, que les permita radicados en la villa concurrir al liceo y lograr las mejores calificaciones.

No es en balde que el esfuerzo del doctor Morales se vuelque actualmente con todo énfasis a esta institución.

Las experiencias recientes de estudiantes egresados del liceo y luego de haber vivido varios años en el Hogar estudiantil, concretan aspiraciones de aprendizaje superior y ocupan nuevas funciones en el medio social y profesional de Rocha.

La vigilancia de los estudios, la adecuada formación humana que se les brinda, el apoyo sanitario del doctor Morales y su esposa, la organización global que se ha establecido para la institución, y lo que es más importante, los resultados obtenidos hasta hoy demuestran que no ha sido en vano el esfuerzo personal del doctor Edison Morales del Guercio y de su Sra. la doctora Gladys Saráchaga de Morales.”

 

Con fecha 15 de Julio de 1998, el Semanario “Norte” de Lascano realizó un importante racconto relacionado a los 40 años del liceo de Velázquez, cumplidos el 24 de marzo de ese año y publicó una oratoria del Dr. Morales realizada el viernes 25 de Noviembre de 1977 cuando en un gran acto compartido por autoridades y pueblo se procedió a la inauguración del moderno edificio propio, frente a la plaza de la Villa.

 

 

9. Centenario: reconocimiento, agradecimiento  y lágrimas

 

En el 2011 se celebró el centenario de Velázquez, y quién estas páginas escribe tuvo la fortuna de integrar la Comisión Organizadora de los Festejos. En la primera reunión la Profesora Nibia Olid de Brun propuso y se aceptó por unanimidad homenajear a los doctores.

Fue la última actividad del año, en diciembre, y el pueblo entero estuvo allí. No era más que el justo reconocimiento; pues durante casi la mitad de la existencia del pueblo “los doctores” habían estado forjando enseñanza, altruismo y trabajo en beneficio de la comunidad.

Nibia Olid pronunció un emocionado discurso, dijo que haber sido fundadora del liceo como alumna, luego profesora y finalmente directora, le daba un conocimiento como para poder decir que “los doctores” fueron y serán de en individuos inolvidables y más queridos para los velázquenses.

Luego se fueron sumando testimonios y anécdotas que fluían de la gente; todos querían contar sus experiencias con “los doctores” y así se comentó cuando fueron a atender a una parturienta en un carro con la enfermera Miriam Velázquez y se les salió una rueda. María Elena Olaondo narró cuando su madre estaba enferma y Morales pasaba para atender en Lascano, le dejaban una banderita blanca en la portera y él ya sabía que tenía que llegar a la vuelta y traer remedios.

A todo ello se le sumaron vivas y aplausos; a tal punto emocionante fue, que cuando el Dr. Morales fue a hablar para agradecer a todos rompió en un llanto incontrolable.

 

Los doctores y Rosa Correa de Piñeiro en el homenaje que se les tributó en el Centenario de la Villa

Los doctores y Rosa Correa de Piñeiro en el homenaje que se les tributó en el Centenario de la Villa

 

10. Esa calle No. 14

 

 

En 1998 se radicaron en La Paloma y de vez en cuando se aparecen por Velázquez, con la misma humildad que cuando llegaron en un lejano 1965, saludan, conversan y ríen, recordando anécdotas de tiempos pretéritos.

En oportunidad de aprobarse el nomenclátor de Velázquez en la Junta Departamental de Rocha, el 1 de setiembre de 1998, recuerdo algo que dijo el edil Silvio Cardoso, político blanco de muchos años de trayectoria, argumentando en favor de acoger la inicitiava. Allí dijo: “Lo de Velázquez es único. Se hizo el nomenclátor y se dejó una calle sin nombre la número 14, pues el pueblo consideró que esa calle pertenece al Dr. Morales y su esposa.”

La ley no permite que se designen arterias de tránsito con nombres de personas vivas.

Esperemos que demore muchísimos años, los más que la biología les pueda entregar. Pero habrá un día en que simplemente se hará justicia a través de esa calle y nos permitirá recordarlos eternamente.

 

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