Juan Eduardo Paciello

“Se la storia degli italiani in Uruguay é stata deter minante per lo sviluppo del paese, allora, é evidente che quella della stampa etnica in lingua italiana che ha accompagnato e rappresentato il mezzo piú efficace per tale contributo.”
Pantaleoni Sergi

 

SUMARIO: 1. A modo de introducción – 2. Desarrollo de la sede social – 3. Solicitud de afiliación – 4. Algo del “Mutuo Soccorso”, mutualismo en serio – 5. La personería jurídica – 6.La vida cotidiana de la colectividad a fines del S. XIX y en las primeras décadas del siglo XX – 7. Declive y resurrección

 

1. A modo de introducción

 

Las sierras, las playas, un sol naciente y un departamento joven aún por despertar. Lluvia de emigrados provenientes de Italia buscando un amanecer para sus vidas, un futuro decoroso. Muchos de ellos llegaron a Rocha buscando oportunidades. Esta tierra prometía lo que prometía el futuro uruguayo, se lanzaban a la aventura en busca de un nuevo destino, a veces sin saber adonde estaban llegando, sin saber dónde irían a residir, o ni siquiera donde dormirían al llegar. El asunto era emprender el viaje.

Arribaban los barcos, había una intensa brisa de esperanza en el puerto de Montevideo; la joven y bulliciosa Montevideo del siglo XIX los esperaba. Allí un pregonero les decía dónde buscar soluciones, en la oficina de migraciones los anotaban y ya les decían en qué departamento faltaba mano de obra.

Con sus baúles y un mundo de ilusiones, los que no optaban por la capital, llegaban a sus destinos, dónde sólo había una forma principal de trabajo y era el del campo. Entonces su aporte fue sustancial para una nueva cultura. De ahí el desarrollo de las quintas en los cordones urbanos ya que traían cultura de agricultura y no de ganadería y es así que conocemos muchas especies de plantas por su nombre en italiano y  formas de organizar la quinta. Pero también además de mano de obra fueron pequeños comerciantes en distintos rubros como la compostura de calzado, carbonerías, expendios de tabaco, sastres, etc.

Pero el tema principal eran los primeros días. ¿Qué pasaba con un inmigrante italiano llegado a nuestra ciudad, sin familia y quizás ni conocidos, que buscaba desesperadamente sustento para sí y los suyos? Si el punto final de su periplo era Rocha entonces se fondeaban por cuatro días en la Societá Italiana di Rocha – Fratellanza y allí les daban cama, abrigo, comida y según su comportamiento se les otorgaba un certificado de buena conducta para poder conseguir el anhelado trabajo.

La Sociedad había sido fundada el 13 de febrero de 1876 y funcionó durante muchos años en diferentes lugares físicos, pero sustancialmente en domicilios de italianos que prestaban una sala o lugar para la reunión. Esta sociedad era un pilar de sostén de todos los inmigrantes que arribaban a nuestros pagos. ¿Pero cómo era que funcionaba la “Societá Italiana di Mutuo Soccorso – Fratellanza di Rocha”?

En un principio fueron los inmigrantes aislados que llegaron. Los primeros, a mediados del S. XIX  se hallaban desamparados. Su propia desolación hizo que a medida que su número fue aumentando se fueran organizando para seguir compartiendo rituales de su tierra de origen y dar a su vez acogida a aquellos que años y aún décadas después siguieron arribando a nuestras costas. El crecimiento en número de la colonia italiana local hizo que los esfuerzos se volcaran a lograr obtener un edificio para ser sede y centro de reuniones y convivencia. A ello coadyuvó el crecimiento económico de varios de esos inmigrantes que fueron suporte esencial para el magnífico edificio de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Fraternidad.

Primera acta del libro social de la Sociedad Italiana

Primera acta del libro social de la Sociedad Italiana

 

 

2. Desarrollo de la Sede Social

 

El edificio comenzó su construcción en 1888 y finalizó su fachada en 1910 y se transformó en uno de los edificios más bellos de la ciudad. Dicen los sabedores que fue durante muchos tiempos iniciales lugar de reunión de la masonería y que su arquitectura oculta distintos símbolos masónicos dado que muchos de los impulsores italianos de la época estaban vinculados a tal organización.

Se hicieron campañas populares para donar materiales para la obra. El extinto profesor Voltaire Barboni contaba que su abuelo había hecho en su época un donativo de 100 ladrillos para la obra, hecho que fue realizado por un importante número de integrantes de la colectividad para coadyuvar con la realización del hermoso edificio sede.

 

Ésta acta que acompaña el artículo desarrolla la actividad de la construcción del edificio y trata hasta su más pequeños detalles, obviamente en italiano.

El piso de la sala social debió ser de madera en vez de ladrillo como estaba determinado.

Para ello el Presidente de la Societá, propone aumentar el número de socios para darle un mayor impulso constituyéndose así una comisión encargada de propaganda.

Pisos de tierra por entonces a la entrada, la fotografía que presentamos, correspondiente a la segunda década del siglo XX, la Societá hace flamear la bandera de la monarquía, y además cada florero de las pilastras de la entrada tenía sus correspondientes plantas, se observa también una puerta de entrada de dos hojas y a los costados no se observan puertas.

 

La fachada a inicios del S. XX en todo su esplendor luce la bandera de la monarquía

La fachada a inicios del S. XX en todo su esplendor luce la bandera de la monarquía

 

3. Solicitud de afiliación

 

La sociedad naciente ganó rápido arraigo entre sus compatriotas itálicos y ello generó un importantísimo número de adhesiones que no solo se recogían por directivos e integrantes de la Sociedad, sino que voluntariamente los italianos que arribaban solicitaban su integración a la colectividad.

Como ejemplo de ello transcribimos una nota de solicitud realizada por un joven en 1884 que figura en los archivos de la Sociedad:

 

“Il sotoscritto Vassallo Luigi di Giovanni, di anni 21, di profesione peluchiere nato nella cittá di Buenos Aires e domiciato atualmente in questa Villa; volendo formar parte attiva di codesto Pio Sodalizco, e nella lusinga di pagadere tutti que si requirimenti richieste dal vigente statuto de codesta benedita corporagione fa domanda alla Societá  di volevo somettere come socio effettivo.

Nella speranza di essere esaudito en porque anticipati i piú vivire ingraciamente.

Suo Dmo Servo”[1]

 

 

 

4. Algo del “Mutuo Soccorso”, un mutualismo en serio

 

En su momento la sociedad otorgó servicio de cobertura y asistencia médica a sus asociados. Para ellos buscó a uno de los profesionales más ilustres de nuestra tierra en los principios del siglo XX. Así propuso ocupar ese cargo al Dr. Antonio Lladó.

En una nota enviada al entonces Presidente de la Sociedad ItalianaAcchille Paciello por el ilustre ciudadano, médico y cirujano Dr Antonio Lladó, este expresa:

 

“Acuso recibo de la atenta nota que ha tenido a bien de dirigirme la Comisión de la Sociedad que Ud. dignamente preside.

Después de enterarme del contenido de esa nota y haber leído los Estatutos he resuelto aceptar gustoso el puesto de médico de esa sociedad.

Con tal motivo me es grato saludar a Ud.  con toda consideración y aprecio.

Rocha, Julio 4 de 1908

Antonio Lladó”

 

Pero Lladó no fue el primero, la inquietud de la asistencia médica colectiva a los italianos había surgido a poco de creada la Sociedad. Antes que Lladó, había sido médico Pedro Prins, quién respondía la propuesta de la Sociedad de esta manera.

 

“Rocha, noviembre 18 de 1888

Sr. Presidente de la Societá Italiana di Mutuo Soccorso “Fratellanza”

Señor:

En contestación a la nota que usted se sirve dirigirnos con fecha de ayer, paso a manifestarle que mis servicios profesionales que pueda dispensar a los enfermos de dicha sociedad, por visita, dentro del radio de la Villa, debe ser remunerada con un peso siempre excluyendo las visitas fuera de la Villa, las de noche y el tratamiento quirúrgico, que en caso que se ofrezcan, rezan convencionales, pero lo más módico posible.

Saludos a usted respetuosamente

Pedro Prins”

 

 

5. La personería jurídica

 

La personería jurídica fue una anhelada conquista. Casi un cuarto de siglo después de iniciada la actividad de la colectividad se inician los trámites hacia fines de 1898 bajo la presidencia de Giuseppe Borsani, presentando una solicitud ante el entonces Ministerio de Gobierno que se encargaba de tales trámites. El ministro de entonces era Eduardo Mc Eachen, quién había sido uno de los potenciales presidenciables luego del asesinato de Idiarte Borda el 25 de agosto de 1897, a la finalización de la Revolución de 1897. Finalmente su candidatura fue derrotada por la de Lindolfo Cuestas, siendo luego titular de uno de los ministerios más importantes como lo era el Ministerio de Gobierno. Fue Mc Eachen quién definitivamente otorgó la personería a la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos de Rocha.

Los documentos del trámite son un tesoro que al día de hoy seguimos guardando y respetando y es el motor por el cual mantenemos vigente nuestra institución social.

 

acta2

 

6. La vida cotidiana de la colectividad a fines del S. XIX y en las primeras décadas del siglo XX

 

 

Hacia 1930 la Societá Italiana tenía una fuerte presencia en la ciudad de Rocha, la dirigían aún aquellos socios fundadores italiano, funcionaba con los estatutos originales, se realizaban fiestas conmemorativas a la italianidad, como la Fiesta de Italia que se festejaba cada el 20 de setiembre como “Día de la Unificación de Italia” y las reuniones se hacían en la noche debido a que hacía ya varios años que había luz eléctrica.

Cada vez que había una fiesta con la colectividad en su totalidad éstas se realizaban en las casas quinta de los italianos y eran realizadas durante todo el día.

Con el tiempo empezaron a fallecer aquellos emigrantes fundadores de la sociedad, empiezan sus hijos a seguir la línea trazada por los padres, pero lentamente los descendientes se “criollizan” diluyéndose lentamente en el marco social general y así comienzan a flaquear las costumbres italianas, ya no se hacen las fiestas en las casas quinta, ya no se bailan las tarantelas y no se sigue la tradición de las comidas italianas.

En el caso de mi familia en particular, no se realizaron más la elaboración de vinos artesanales tipo italiano, producto del trabajo de Acchille Paciello (Aquiles Paciello) e incluso hubo una suerte de alejamiento de la institución, situación que ocurrió con múltiples descendientes a partir de los años 50 del siglo pasado.

 

vino

 

7. Declive y resurrección

 

 

En ese período, la Societá venía en un punto de declive, tanto es así que, ante la dificultad económica de mantener la infraestructura, llega el momento en que ésta alquila al Rocha Athletic Club sus instalaciones, y comienza otra etapa en la vida de Societá Italiana, donde aquellos descendientes de italianos no dejaban de reunirse y conservar todas aquellas actas y documentos de época, pero ya no tenían una sede para operar.

Durante el alquiler establecido, el edificio se mantuvo en condiciones, cuando se retira el Rocha Athletic Club vuelve a tomar posesión del edificio social el Consejo Directivo de la Societá Italiana encabezado por don Vittorio ForapaglieroVinai, padre del actual Secretario General Victorio Forapagliero, quién responsablemente hace frente a la situación edilicia y pone en regla toda la documentación de la Societá Italiana.

Se encuentra entonces con que los estatutos no acompañan el progreso y los cambios de la sociedad rochense, debido a eso se tiene que redactarlos nuevamente y abrir la oportunidad que aquellos simpatizantes y amigos puedan ser socios y llevar adelante la institución. Así nuestra sede se ha transformado en lugar de encuentro de importantes reuniones, desde aquellas de corte social a las políticas y culturales.

Gracias a esos cambios hoy con mucho orgullo podemos decir que estamos cumpliendo más de 140 años al servicio de la comunidad rochense, siendo en Rocha uno de los clubes sociales más importantes.

Incluso hoy la Societá Italiana di Rocha está en la lista de las sociedades italianas más importantes del país, siendo reconocida por autoridades italianas, como ocurriera recientemente cuando el embajador italiano en Uruguay concurriera a nuestra sede a condecorar y reconocer la extensa trayectoria al servicio de la comunidad italiana en nuestro país sostenida por Victorio Forapagliero (h).

De esta administración hemos realizado un sin fin de actividades colaborando con todas las instituciones públicas, privadas, se ha aumentado en un 50% el número de socios simpatizantes de la institución. Hemos tenido la oportunidad de ser visitados por embajadores de Italia en Montevideo como lo fueron; Dtt. Andrea Ligieri, Dtt,.Vicenzo Pallandino y el actual embajador Dtt. Gianni Piccanto.

Así, bajo la bandera de una tradición tan querida como antigua, pero a la vez renovada, avanzamos al tenor de los tiempos para seguir siendo un firme lazo de cercanía, afecto y solidaridad con todos aquellos ligados por sangre italiana en nuestra sociedad.

 

 

 

 

[1] “Quién suscribe Vassallo Luigi di Giovanni de 21 años, de profesión peluquero, nacido en la ciudad de Buenos Aires y actualmente domiciliado en esta Villa; quiere formar parte activa de esta Sociedad, y con el deseo de cumplir todos los requerimientos exigidos por el estatuto vigente de esta bendita corporación, solicita a la Sociedad quiera integrarme como miembro efectivo.

Con la esperanza de ser oído anticipadamente, quedando muy agradecido y  a sus gratas órdenes”

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